A menudo no suelen ofrecerse las circunstancias para contar las batallas del racheo y el costero sin que se nos diagnostique de chocheo crónico.
Pero la noche del pasado viernes en el Cerro estuvo por encima de la anécdota de hace 20 años. Fue un ejercicio de la memoria reciente y la pequeña épica.
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Como, gracias a Dios, aún podemos contar con el testimonio vivo de los hermanos soledanos que ejercieron de pioneros en la formación de aquella mítica cuadrilla de 1992, oímos de primera mano los relatos de los comienzos.
En los salones parroquiales se dieron cita casi un centenar de hermanos que en algún momento de su existencia compartieron trabajadera.
El acto comenzaba con una larga proyección de imágenes sobre estas dos últimas décadas. Al término el consiliario y párroco de San Sebastián, José María Peguero, inició una oración.
La organización había planteado el encuentro en formato mesa redonda, pero sin ningún ponente que la presidiera. El encargado de dirigirla magistralmente fue el hermano soledano Antonio Arévalo Santos.
Entre la concurrencia históricos costaleros, algunos aún en activo: Antonio Muñoz, Félix Fernández, Patricio Moreno, José Luís Calero… Anastasia, Ani, Isa Muñoz, Felisa… Mezclados con los recién llegados.
Hubo tiempo de recuperar varios documentos sonoros históricos de mano de la antigua emisora «La Voz de los Pedroches» en la voz de Isabel Jordán. El histórico José Dueñas «Andufer», Hermano Mayor en 1992, se emocionaba con sus propias palabras.
Algo más de 175 hermanos han pasado por las trabajaderas de la Dolorosa del Cerro, según fuentes de la organización. Se cerró el acto que duro unas dos horas con un: «Viva la Virgen de la Soledad», para dar inicio a un «Viernes Cofrade» memorable.
Banda de Música tras el palio soledano
Se habló mucho durante la mesa redonda. De cómo se gestó la primera cuadrilla, de las primeros ensayos, de la primera salida y la inquietud temerosa de la Junta de Gobierno ante un incipiente proyecto.
Y hubo tiempo para las propuestas, la más contundente de ellas y que dejó ojipláticos a más de un neófito por allí presente vino en boca de Patricio Moreno, primer capataz del pasopalio soledano y durante muchos años capataz de Nuestra Señora de las Angustias de Córdoba (ni más ni menos).
Moreno invitó, pidió e insistió a la Hermandad el paso definitivo para colocar tras la trasera del palio una Banda de Música, con partituras más acorde y a las exigencias de un paso de palio. La música de agrupación, -mantuvo-, se hace insostenible para el costalero.
La idea, que no es nueva y subyace en la fantasía razonada de muchos hermanos, llega en un momento crucial en la formación musical de la Hermandad y la ciudad.
Fuente: AlaGloria
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