Me Mintieron

04 mayo 2011


Me voy a permitir la licencia de publicar un artículo que merece la pena leer pos las sensaciones que transmite este sacerdote llamado Jose Antonio Gallego, el cuál ha sido destinado este año a la parroquia de San Antonio de Padua en Córdoba y como consecuencia ha sido consiliario de esta Hermandad de la Merced. Tras su primera vida de Hermandad en esta casa, estas fueron sus sensaciones y sus maneras de trasmitirlo.


ME MINTIERON

Ustedes me mintieron.

Me dijeron que me preparara para vivir un Lunes Santo, y en tan solo un día pude vivir toda la Semana Santa.

Me dijeron que iba a ver una cofradía en la calle, y me mintieron, porque lo que ví fue una familia, donde los grandes cuidaban de los pequeños y todos iban a una.

Me dijeron que iba a ver cómo mandaban los capataces, pero vi a poetas del martillo que a cada orden de su boca salía una alabanza al Señor y a su bendita Madre.

Me dijeron que iba a ver dos buenas cuadrillas, y no eran buenas… eran las mejores.

Me dijeron que iba a ver costaleros, y me mintieron, porque vi ángeles del cielo que sin alas y ceñidos de costal bajaron el cielo a la tierra.

Me dijeron que iba a ver cómo era Córdoba, y me mintieron, porque vi cómo era el Cielo.

Me dijeron que iba a disfrutar, y me mintieron, porque pude llegar al éxtasis incluso con lágrimas.

Me dijeron que iba a ver cómo el barrio se volcaba con su Virgen, y me mintieron, porque era Ella la que se volcaba con su barrio, arropando con su manto cada rostro y cada lágrima.

Me dijeron que nuestros pasos eran grandes, y me mintieron, porque se achicaron para pasar por donde no se cabe, y llenaron esa esquina de San Zoilo de majestad divina por dos veces.

Me dijeron que podía llover, y solo vi caer pétalos del cielo una y otra vez.

Me dijeron que la primavera era de colores y sin embargo se convirtió en blanco, blanco mercedario.

Me dijeron que la ciudad eterna era Roma, y la eternidad se manifestó en el Zumbacón.

Me dijeron que los poderosos construyen el mundo y me mintieron, porque el mundo lo construyeron los débiles de la sociedad, los benditos de Dios, los niños de la Cruz Blanca que inocentemente aplaudían al Señor y decía “¡Guapa!” a nuestra Madre.

Me dijeron que los siglos son los que hacen la historia y me mintieron, porque la historia la hicieron los quince años de nuestra joven banda, que con su oración al son de cornetas y tambores hicieron grande nuestra historia particular.

Me dijeron que en el Cielo una multitud de ángeles le cantan al Señor, y me mintieron, porque esa multitud se convirtió en un grupito de monjas inmaculadas que cantaban en la santidad del Colodro.

Me mintieron. Cómo me mintieron. Por eso sigan mintiéndome así, queridos hermanos, porque esas son las mentiras que me dan vida. Y además… no son pecado.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Bendita mentira la que le dijeron,y bendito sentimiento el que este enviado de Dios transmite.Yo estoy segura que los costaleros y las costaleras son hombres y mujeres de fe, y con sacerdotes como éste, es fácil creer.Que se de un paseito por Pozoblanco

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